¿Sabías que existe un Dios para los viajeros? Acá te lo contamos la historia de este ser divino quien te protegerá en tus siguientes viajes.
Te presentamos al Dios Yacatecuhtli, un ser divino que data de la época prehispánica. Esta deidad era adorada por los Mexicas pero principalmente por los Pochtecas, pues estos últimos conformaban un grupo de comerciantes viajeros.
De acuerdo con el contenido del libro Dioses Prehispánicos de México, mitos y deidades del panteón náhuatl, existieron diferentes Dioses a los cuales se encomendaban viajeros y mercaderes. Entre ellos estaban Yacahuiztli, Yacapitzahua, Tlacatotontli, Zacatontli y Yacatecuhtli.
La primera deidad, Yacahuiztli, “el de la nariz delgada como espina“, dependía que los viajeros encontraran o no dificultades en el camino. Es por ello que le ofrecían copal en dos horarios: a las 3 de la mañana y cuando iniciara el alba.
Yacapitzahua, por su parte, fungía como un guía. Mientras tanto, Tlacatotontli -varilla o parrilla caliente- y Zacatontli -zacatillo- simbolizaban el camino o viaje. Sin embargo, podemos destacar a Yacatecuhtli, “el señor que sirve de guía” o “el señor guía”.
Junto con Yacahuiztli y Yacapitzahua, el señor guía pertenecía al cinturón de Orión. Es importante señalar que, debido a la complejidad de la mitología náhuatl, las tres deidades mencionadas pueden tratarse como una misma.
Además, según el historiador Rubén Gálvez, el señor guía es una de las deidades más antiguas. Es por ello que se le representa como un anciano que siempre lleva consigo el ótatl o báculo del caminante. También se puede identificar a esta deidad porque en la cabeza llevaba un tocado de plumas de quetzal y orejeras de oro.
Yacatecuhtli era el dios de los viajeros para los pochtecas. Estos últimos conformaban un grupo de comerciantes que contaban con la protección de los mexicas. Es por ello que los mexicas adoptaron al señor guía como el dios más destacado de lo viajeros. La importancia de esta deidad era tal que se le dedicaban distintos rituales y sacrificios humanos.
Por ejemplo, antes de ponerse en marcha, los mercaderes hacían figuras a base de papel amate y cubrían el báculo para viajar durante toda la noche. De esa forma, se protegían de las malas energías. También se le pedía a Yacatecuhtli que cuidara de los viajeros al inicio de la travesía y se le agradecía al regresar.
En cuanto a los sacrificios humanos, se trataba de esclavos que, después de ser bañados y arreglados, eran ataviados con una rica vestimenta que era igual a la de Yacatecuhtli. Además, los sacrificados debían contar con características particulares. Por ejemplo, para que la ofrenda fuera grata a la deidad, debía tratarse de gente con cuerpos sanos y perfectos.
Cabe señalar que el señor guía era homenajeado en distintos meses del año como Toxcatl, Pachtontli, Xocotlhuetzi y Panquetzaliztli.
Fuente: México Desconocido
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